lunes, 29 de diciembre de 2014

Semillas Eternas



Recuerdo, al amor.
Una figura protectora. No le importaba nada más que yo. Posó mucho tiempo en mí.

Recuerdo…recuerdo al amor.
Era la vida entera. Las estrellas de una noche en el Amazonas. El atardecer dándole sombra a aquel cazador, junto al único árbol de aquella tierra.

Recuerdo, recuerdo mucho al amor.
Se posaba en mí, descansando de tanta maldad humana. Sentaba sus alas en mi tierra, queriendo borrar las increíbles muertes de su largo recorrido.
Buscaba un poco de aliento en mí, se llenaba de energía para seguir recorriendo el mundo, lleno de desesperanza. Andaba en cárceles, andaba en soledades, y en otras ocasiones en historias perdidas.

Recuerdo, ¡Como lo recuerdo¡
Yo creía, creía que algún día dejaría de posarse en mí, pues no hallaría  nada. Y así fue, así fue!
Ahora, solo me habla a través de paisajes, a través de canciones. 

Me pierdo en el horizonte, y allí está recordándome, nuestras largas horas conversando sobre cada historia pasada, cada esperanza que plantaba, cada persona convertida en amor, y cada persona que le dolía que no llegara a sentirlo.

Junto a mi lloró arrodillado, tantas veces!!

Nos mirábamos por horas, y no podíamos creer cómo se acabara el amor en otros seres.
Me prometió, que si algún día llegara yo a ser parte de su lucha, no se daría por vencido, no me abandonaría.

Llegó el hoy. Y sé que está a mi lado. Lo puedo sentir, pero ya no lo veo.

El amor, que solía estar conmigo, se ha ido. Sigo esta idea de lo que queda en mí, de cómo era estar con el amor. Pero se fue, algún día volveremos a conversar sobre aquellas aventuras por unir lo inseparable. Por conservar lo perdurable. Por cerrar la llave del hogar…por jamás ver para otros lados. Por jamás levantarse sin esperanza. Algún día volverá a verme, como un lugar donde descansar.

Y aún sonrío, luego de llorar, por la sensibilidad que aún conservo. Sensibilidad que aún me hace única, y al mismo tiempo fugaz.


Fugaz como su estadía, pero eterna como sus semillas….

“The Hanging Tree

lunes, 22 de diciembre de 2014

My Eyes Adore you - Frankie Valli (Movie: Jersey Boys)



My eyes adored you
Though I never laid a hand on you
My eyes adored you
Like a million miles away
From me you couldn't see
How I adored you
So close, so close
And yet so far away

Carried your books from school
Playing make-believe you're married to me
You were fifth grade, I was sixth
When we came to be

Walking home every day over
Barnegat Bridge and Bay
Till we grew into the me and you
Who went our separate ways

My eyes adored you
Though I never laid a hand on you
My eyes adored you
Like a million miles away
From me you couldn't see
How I adored you
So close, so close
And yet so far

Headed for city lights
Climbed the ladder up
to fortune and fame
I worked my fingers to the bone
Made myself a name

Funny, I seem to find that
no matter how the years unwind
Still I reminisce about the girl I miss
And the love I left behind

My eyes adored you
Though I never laid a hand on you
My eyes adored you
Like a million miles away
From me you couldn't see
How I adored you
So close, so close
And yet so far

All my life I will remember
How warm and tender
We were way back then
Though I'm feeling sad regrets
I know I won't ever forget
You, my childhood friend

My eyes adored you
Though I never laid a hand on you
My eyes adored you
Like a million miles away
From me you couldn't see
How I adored you
So close, so close
And yet so far

lunes, 20 de enero de 2014

Múltiples Soledades



La brisa vuelve a traer un olor a nostalgia. No puedo evitar sentir el recorrido de la corriente de ese río.
Sentada entre las piedras, lo miro correr, despidiéndose como si jamás lo volviera a ver de nuevo.

Las suaves hojas de un árbol cerca de mí, van cayendo sobre mí, y la brisa no hace más que recordarme, cómo se siente el hogar.

El día a día, va atrapando todo aquello con lo que soñé. Y voy viviendo, y voy suspirando estoicamente la vida, como si no pudiese controlarlo.

¿Se habrá dado cuenta? ¿Me habrá visto? ¿Me habrá leído?

Me levanto, como si no tuviera que llegar a algún lugar. Como si nadie me esperara. Como  si el tiempo fuera mío. Y voy caminando descalza hacia donde llevan las fuertes corrientes a aquel río. Tratando de verlo por última vez y guardándolo en mi memoria eterna. Va muy rápido, no puedo alcanzarlo, no puedo decirle que amé su sonido. No puedo decirle que me dio noches y días de paz. No puedo… no pude…

Aquella tormenta se veía venir, su llegada era inevitable. Su personificación tomaría el cuerpo de cualquiera, su llegada vendría en cualquier tren. Era cuestión de tiempo. Era cuestión de esperar un poco, quien decidiera ver este puerto. Y tomar lo que no le pertenece, al menos, aún no…

Los puertos, nunca serán el hogar. Son solo, refugios. Refugios, llenos de abastecimiento para el camino. El capitán, que se enamore de aquél lugar, deberá renunciar a su nave, o bien, llevarse consigo la hermosura prenda que encontró, que descubrió, que se enamoró.

Fui capitán, Fui marinero, fui puerto, fui hogar, y fui Faro.  Fui todo, menos tú. Fui todo menos tus pies. Fui todo menos tus manos. Fui todo menos, yo.

Sigo navegando, dentro de mi corazón, nunca deje de ser capitán.  Estoy hecha de tormentas. Mi alma es aprueba de infiernos. Mi corazón fue esculpido por el mismo ardor de la lluvia en una herida abierta. Mis manos están hechas de un diamante que sólo se encuentran en el abismo de los besos de un adiós.

Sigo habitando en aquella esquina. Que todos ven como un concepto de profunda nostalgia. La cordura la encuentro en sus paredes. Y la luz, que aún veo a través de esa ventana, sigue siendo hermosa. Ya puedo salir, pero el mundo entero persiste en que regrese.

De vuelta, de vuelta a mi esquina. Sentada, pensativa, volando con mis manos, soñando a que la mano derecha es de otra persona, pretendiendo que la mano izquierda es la mía. ¡ Oh, Mi esquina surrealista! Si vieras cómo lloran las paredes, por tanto y tanto! Un hombro en esta esquina, en cada curva protegida. Cómo un abrazo.

Obligada a zarpar. Sabiendo, que levantaré las velas, y la brisa nostálgica soplará. Tan fuerte por mí. Por alejarme del dolor, que sólo me queda ponerme de rodillas, y despedirme. Despedirme de aquel puerto que quiso hogar. De aquella prenda que no quiso ser mar. Y viendo el horizonte, se aleja la luz.

Siento las tonadas de un piano que me arrulla, su melodía es tan sedativa, que va calmando mi atribulada alma. Y voy sonriendo, luego de tanta tormenta, me acuesto…y la muerte recibe mi corazón…junto con ella, aquellas personas que tenía años de no ver. Y mi alma, va siendo reparada, cosida, amada, que llego a sentirme normal, completa. Y sonrío, viéndote desde arriba…te sonrío, porque desde acá…podré contemplarte todo el tiempo. A la misma distancia, que en vida lo hice…


A la misma distancia y con el mismo poder, que en vida lo hice…

Códigos

  Habías tomado la decisión de irte. Pero luego te encontraste con ese pedazo de amor que aún tenías. Y luego, decidiste que eso era suficie...