Recuerdo, al amor.
Una figura protectora. No le importaba nada más que yo. Posó
mucho tiempo en mí.
Recuerdo…recuerdo al amor.
Era la vida entera. Las estrellas de una noche en el
Amazonas. El atardecer dándole sombra a aquel cazador, junto al único árbol de
aquella tierra.
Recuerdo, recuerdo mucho al amor.
Se posaba en mí, descansando de tanta maldad humana. Sentaba
sus alas en mi tierra, queriendo borrar las increíbles muertes de su largo
recorrido.
Buscaba un poco de aliento en mí, se llenaba de energía para
seguir recorriendo el mundo, lleno de desesperanza. Andaba en cárceles, andaba
en soledades, y en otras ocasiones en historias perdidas.
Recuerdo, ¡Como lo recuerdo¡
Yo creía, creía que algún día dejaría de posarse en mí, pues
no hallaría nada. Y así fue, así fue!
Ahora, solo me habla a través de paisajes, a través de
canciones.
Me pierdo en el horizonte, y allí está recordándome, nuestras largas
horas conversando sobre cada historia pasada, cada esperanza que plantaba, cada
persona convertida en amor, y cada persona que le dolía que no llegara a
sentirlo.
Junto a mi lloró arrodillado, tantas veces!!
Nos mirábamos por horas, y no podíamos creer cómo se acabara
el amor en otros seres.
Me prometió, que si algún día llegara yo a ser parte de su
lucha, no se daría por vencido, no me abandonaría.
Llegó el hoy. Y sé que está a mi lado. Lo puedo sentir, pero
ya no lo veo.
El amor, que solía estar conmigo, se ha ido. Sigo esta idea
de lo que queda en mí, de cómo era estar con el amor. Pero se fue, algún día
volveremos a conversar sobre aquellas aventuras por unir lo inseparable. Por
conservar lo perdurable. Por cerrar la llave del hogar…por jamás ver para otros
lados. Por jamás levantarse sin esperanza. Algún día volverá a verme, como un
lugar donde descansar.
Y aún sonrío, luego de llorar, por la sensibilidad que aún
conservo. Sensibilidad que aún me hace única, y al mismo tiempo fugaz.
Fugaz como su estadía, pero eterna como sus semillas….
“The Hanging Tree “
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