miércoles, 20 de julio de 2011

De nuestros lectores: Mercader de Afectos.




Triste aquel que como pusilánime mercader de afectos, entre improntas y desvaríos acumula seres, aprovecha vidas, disimula engaños, desvirtúa verdades y colecciona recuerdos, acusando a la vida de infame ignominia, cuando por propia boca prostituye besos y deshoja y tira al viento lo mejor de su vida por febriles momentos de psicótica alegría.

Triste aquel que dándose golpes de pecho de día, cobra de noche deudas de hastío al destino apostando al juego de reciclar caricias, logrando solo deshonrar amores por libre albedrio.

Triste aquel que entre lo excesivo y permisivo, convoca a Baco e instiga a Anukis a satisfacer sus ansias de deseo promiscuo en aquel viejo burdel de los sueños rotos y espacios vacíos.

Triste aquel que al pensar que ha dado todo y sintiendo que nada ha recibido, permanece muerto en vida bajo pertinaz resaca de impaciencia, vacio y soledad, cuando lo cierto es que no recibe porque no sabe la correcta forma de dar.

Triste aquel que persiguiendo estelas de tiempos pasados, pide a gritos atrapar un tiempo que ya es olvido y jamás volverá.

Triste aquel que se dedico a perder su único refugio y hogar por no poseer la estirpe para edificar aquello que por propia voluntad un día empezó a desmoronar.

Triste aquel que por querer vivir de prisa, termino ahuyentando todo lo que por legado la vida por fin le permitió usufructuar.

Triste aquel que desfachatado e irreverente juega a subsidiar cariños que luego se ve obligado a hipotecar.

Triste aquel que desperdicia tiempo recorriendo pieles y satisfaciendo ansias para robar besos a cientos y disfrutar de nadie en el día final.

Triste aquel que en sus lecciones de sabiduría se olvido de arboles por conocer de bosques y tierras dónde sus huesos jamás descanso encontrarán.

Triste aquel que con la diestra da, lo que con la siniestra quita, abusando de la empatía por su musa siempre correspondida.

Triste aquel que entre realidad y virtualidad ahoga sus entuertos y recuerdos que no son otra cosa que culpa y desasosiego, tirados en fosas de recuerdo.

Triste aquel que llora cada mañana la triste suerte de una vida insatisfecha, la que le recuerda cada nueva cara que invita a su lecho a pernoctar.

Triste aquel que jugando a cazador finalmente en presa término y mucho más que su ego perdió.

Triste aquel que de la vida sólo conserva versos impíos, versos ajenos, como prueba de su cinismo y vulgaridad.

Triste aquel que en su destierro, podrá en mil destinos hacer hábitat, más nunca en esta patria encontrar su hogar.

Triste aquel que al defender a ultranza rídiculas posturas y falsas dignidades perdió el único suelo en el que podía pisar.

Triste aquel que desleal e infiel infecto de mediocre y vulgar actuar el único vestigio de fe y esperanza en la humanidad.

Triste aquel que descuido y desprotegio algo más que la inocencia de su inspiración.

Triste aquel que en su eterno castigo, lleva por condena vagar como un loco errante por los senderos hedonistas de esta humanidad.

Triste aquel que sólo en onírica lontanza podrá quizás algún día tomar la mano de quién en su piel realizo la oración de la eternidad.

Triste…sí…muy triste aquel que “creyéndose” mercader de amores; como simple usurero de afectos en el recuerdo quedo, mendigando a todos amor, luego de que el suyo para siempre perdió. 
 
Por: Mgtr. Johanna Lastra

1 comentario:

  1. Debo confesar que se ha creado mucha poesía libre en el mundo. Encontramos infinidades de poemas de todos los temas. En google la frase "poesía libre" tiene 4,990,000 resultados. Y muy pocas me dejan asombrada.

    Poesías, Frases y Pensamiento Libre encontró Mercader de Afectos y no pudo resistirse a publicar tan controversial y penetrante letra.

    Gracias por dejarnos compartir un trozo de vida con nuestros lectores.

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